Hoy, 24 mayo, también es un día especial en Italia (pero no fiesta nacional 😛 ) , hoy es el día del principio de la Primera Guerra Mundial en Italia.

La noche entre el 23 y el 24 de mayo 1915 Italia declaró la guerra al Imperio Austrohúngaro con ese primer golpe de cañón que salió del Forte Verena hacia las fortalezas austríacas de la Piana di Vezzena. El río Piave fue testigo del inicio de la guerra y murmuraba calmado y tranquilo.

Sin embargo, los austrohúngaros llegaron hasta el río en la derrota de Caporetto, pero cuando sus refuerzos tuvieron que pasar el río, este se llenó, se hinchó, sus olas fueron difíciles de sortear, y los soldados de infantería italianos aprovecharon la situación y el conocimiento del territorio para empujar sus enemigos hasta Trieste, hasta Trento, librando los Alpes italianos … y el Piave, el río, se calmó, admirando la victoria.

La canción que compuso Ermete Giovanni Gaeta en el 1918 para conmemorar este episodio de la historia es también una canción que se cantaba mucho en mi casa … de hecho, hoy, como cada 24 de mayo, mi padre me la ha enviada por whatsapp 😀

Te la dejo por si te apetece escucharla y conocer un pedacito más de la historia de Italia.

Italiano

Il Piave mormorava
Calmo e placido, al passaggio
Dei primi fanti, il ventiquattro maggio
L’esercito marciava
Per raggiunger la frontiera
Per far contro il nemico una barriera
Muti passaron quella notte i fanti
Tacere bisognava, e andare avanti
S’udiva intanto dalle amate sponde
Sommesso e lieve il tripudiar dell’onde
Era un presagio dolce e lusinghiero
Il Piave mormorò: “Non passa lo straniero”

Ma in una notte trista
Si parlò di un fosco evento
E il Piave udiva l’ira e lo sgomento
Ahi, quanta gente ha vista
Venir giù, lasciare il tetto
Poiché il nemico irruppe a Caporetto
Profughi ovunque, dai lontani monti
Venivan a gremir tutti i suoi ponti
S’udiva allor, dalle violate sponde
Sommesso e triste il mormorio de l’onde
Come un singhiozzo, in quell’autunno nero
Il Piave mormorò: “Ritorna lo straniero”
E ritornò il nemico
Per l’orgoglio, per la fame
Volea sfogare tutte le sue brame
Vedeva il piano aprico
Di lassù, voleva ancora
Sfamarsi e tripudiare come allora
“No” disse il Piave, “No” dissero i fanti
Mai più il nemico faccia un passo avanti
E si vide il Piave rigonfiar le sponde
E come i fanti combattevan le onde
Rosso del sangue del nemico altero
Il Piave comandò: “Indietro va’, straniero”
Indietreggiò il nemico
Fino a Trieste, fino a Trento
E la vittoria sciolse le ali al vento
Fu sacro il patto antico
Tra le schiere, furon visti
Risorgere Oberdan, Sauro, Battisti
Infranse, alfin, l’italico valore
Le forche e l’armi dell’impiccatore
Sicure l’Alpi, libere le sponde
E tacque il Piave: “Si placaron le onde”
Sul patrio suolo, vinti i torvi Imperi
La Pace non trovò né oppressi, né stranieri

Español

El Piave 1 murmuraba
tranquilo y calmado, durante la travesía
de los primeros infantes, el 24 de mayo:
El ejército marchaba
para llegar a la frontera
Para hacer frente al enemigo con una barrera…
Esa noche, los soldados la pasaron en silencio:
Tenían que callar y avanzar!
Mientras, se escuchó desde las amadas costas,
El suave y leve baile de las olas
Era un presagio dulce y halagador
El Piave murmuró: “¡Los extranjeros no pasarán!”

Pero en una triste noche
se habló de un oscuro evento
Y el Piave escuchó la rabia y el miedo…
Oh, cuánta gente ha visto
caer, abandonar sus hogares,
Por qué los enemigos llegaron a Caporetto
Refugiados por todas partes, desde las lejanas montañas,
vinieron a rellenar sus puentes
Se escuchaba entonces desde costas violadas
Sumiso y triste, el murmurar de las olas
Como un sollozo, en este otoño negro,
El Piave murmuró:”¡Los extranjeros regresan!”

Y el enemigo regresó
por hambre y orgullo:
Deseando desahogar todas sus codicias…
vio las fértiles llanuras
desde arriba, las quería de nuevo
para alimentarse y regocijarse, como antes
“No” – dijo el Piave, – “No” – dijo la infantería
Nunca más el enemigo dará un paso adelante
Y se vio al Piave alzando las orillas
Y como los infantes peleaban con las olas
Rojas con la sangre del enemigo altivo,
El Piave ordenó: “Retrocede, enemigo”

Retrocedió el enemigo
hasta Trieste, hasta Trento…
Y la victoria abrió sus alas al viento
El antiguo pacto fue sagrado,
se vieron entre las filas
Resurgir Oberdan, Sauro y Battisti
Por fin el valor italiano rompió las horcas y las armas de los verdugos
Seguros los Alpes… libres las orillas…
Y el Piave calló, se calmaron las olas
En el suelo de la patria, ganados los imperios sombríos
La Paz no encontró ni oprimidos ni los extranjeros.